sábado, 5 de septiembre de 2009

"Como un cuento del Ojo blindado"

"Como un cuento del Ojo blindado"

"Cabe definir la democratización diciendo que es el proceso mediante el cual: 1) el individuo pasa a ser un elemento activo, y no un simple objeto de la comunicación; 2) aumenta considerablemente la variedad de mensajes intercambiados; 3) aumenta también el grado y la calidad de la representación social en la comunicación o la participación.
"Un solo Mundo, Voces Múltiples; FCE/UNESCO, México, 1980, pág. 289, en Roncagliolo, R., "Comunicación y democracia en el debate internacional".


El proyecto audiovisual enviado por Cristina Fernández al congreso surge de la necesidad de cambiar la actual ley de la dictadura. Se presenta cómo progresivo con respecto a está y las distintas modificaciones que actualmente rigen la comunicación; y si bien existen aspectos destacables, inclusive allí falta claridad para comprender cómo se garantizará la "democratización de la comunicación".
El proyecto prevee que el espectro se divida en 33% para el sector privado, 33% para el sector público y 33% para las organizaciones sociales. Aunque en este sentido el artículo avanza ante la actual ley que impide que organizaciones no gubernamentales puedan acceder a una licencia, no queda claro de donde saldría el presupuesto necesario para garantizarlo, tampoco de que forma se evitaría que el 33% destinado a organizaciones sociales, sindicatos, universidades, etc... quede en manos de funcionarios allegados al ejecutivo de turno o fundaciones de empresas multinacionales (cómo la fundación YPF).
Otro aspecto interesante es aquel que anuncia que un mismo grupo no podrá tener el control de un canal de televisión abierta, una licencia para dar televisión por cable, y una radio en la misma área geográfica. Lo que cabe preguntarse es de forma estarán delimitadas las áreas geográficas y que artilugios generará el holding Clarín para mantener sus empresas.
También surgen medidas nacionalistas en esta nueva propuesta; por ejemplo aquella que pauta que las radios deberán contar con un mínimo de 70% de producción local en materia de contenidos, mientras que para la televisión el mínimo sería de 60%. Este aspecto también genera polémica entre los productores, ya que el Grupo Clarín es accionario de muchas "productoras independientes" (caso Pol-Ka o Ideas del Sur y Clarín).
Por otra parte, es importante señalar que la autoridad de aplicación de la norma ya no sería el Comfer, sino un organismo creado para tal fin con representación del poder ejecutivo, el poder legislativo y organizaciones de la sociedad civil no licenciatarias y representantes de las entidades representativas de los trabajadores de medios y artes audiovisuales. Otra vez estamos ante la misma pregunta: ¿de qué forma se garantiza que los intereses económicos de los grupos y del gobierno no interfieran?.
En definitiva lo importante aquí es señalar que una ley de medios necesita de una política de Comunicación que la sustente, y cómo señala Margarita Graziano "allí donde no existe una política explícita fruto de la participación de la concertación social, han alflorado "políticas" implícitas a través de la intervención de grupos, sectores, o agentes con intereses distintos del interés colectivo".
Lau!
Más adelante subo un material que si bien es un poco más extenso que esto que aquí escribo, es mucho más profundo e interesante ...
Salud!

martes, 1 de septiembre de 2009

Bourdieu ¿un tirabombas?

" (...) Cuando la búsqueda dominada de la distinción lleva a los dominados a afirmar lo que los distingue, es decir eso mismo en nombre de lo cual ellos son dominados y constituidos como vulgares, ¿hay que hablar de resistencia? Dicho de otro modo, si, para resistir, no tengo otro recurso que reivindicar eso en nombre de lo cual soy dominado, ¿se trata de resistencia? Segunda pregunta: cuando, a la inversa, los dominados trabajan para perder lo que los señala como "vulgares" y para apropiarse de eso con relación a lo cual aparecen como vulgares (por ejemplo, en Francia, el acento parisiense), ¿es sumisión? Pienso que es una contradicción insoluble: esta contradicción, que está inscrita en la lógica misma de la dominación simbólica, no quieren admitirla las personas que hablan de "cultura popular". LA RESISTENCIA PUEDE SER ALIENANTE Y LA SUMISIÓN LIBERADORA."

en "Los usos del 'pueblo'", en Cosas dichas, gedisa editorial.

Bueno, cómo ando con ganas de relacionar un poco más, pego una pequeña cita de un artículo super recomendable, el artículo profundiza muchísimo más de lo que mi recorte podría dar cuenta; sin embargo me resulta interesante proponer una lectura de Bourdieu en clave de Acha ... Quizá no es tan descabellado lo que plantea Bourdie más arriba...
DE TODAS FORMAS ES MI OBLIGACIÓN ACLARAR QUE AMBOS EXTRACTOS SON TAN SOLO UN RECORTE DE TEXTOS MÁS PROFUNDOS Y COMPELTOS...


"(...) el marxismo de derecha se caracteriza por su adoración del pasado, considera a la teoría marxista completa y autorreferente, su actitud es defensiva antes que creativa y propositiva y, finalmente, es intransigente. Asumido en forma colectiva o individual, el marxismo de derecha cultiva la subordinación a lo existente de la tradición marxista, a la jerarquía de su saber insuperable y no revisable, a las lealtades establecidas con los conceptos elaborados en los textos consagrados. Estimo que esta configuración cultural tiene una amplia validez para captar la manera de entender actualmente ciertos sectores que hoy se identifican con el marxismo, pues creyendo ser catequistas de una izquierda verbal o práctica son derechistas ideológicos.

(...) Ser marxista de izquierda es perder el ceño de una historia de derrotas, para elaborarlas y mirar el presente y el futuro abiertos para el saber y la acción. Es estudiar y combatir al capital y a la explotación, pero también adoptar como propias, sin subordinaciones, todas las luchas emancipatorias progresivas. Es revisar sin pena ni autorrepresión los conocimientos establecidos. (...) Es adoptar una cadencia creativa, innovadora, lejos de la repetición dogmática. Es reconstruir críticamente más de un siglo y medio de luchas, donde no todo fue error y tragedia, sino donde también hubo victorias y renovaciones. Es multiplicar las búsquedas y alianzas con sectores inquietos y disconformes con la realidad en sus diversas manifestaciones. Ser de izquierda es también disfrutar de serlo, incluso en el peligro que implicará cuando llegue el momento de la ruptura radical.

No es fortuito que el marxismo de derecha haya tendido a ser autoritario, uniformizante, conservador y centralista. El marxismo de izquierda es un marxismo desde abajo, democrático y revolucionario, en exploración de nuevas formas de organización y praxis. Es un marxismo abierto y exigente, a la vez que buceador partícipe de las infatigables vocaciones de transformación social. Porque el marxismo de izquierda no es monógamo ni celoso. Coopera con otras teorías críticas, en gozosa asociación, repleto de preguntas no complacientes y propuestas de debates, porque sabe que lo crucial no es el acatamiento de órdenes, sino la acción emancipatoria. Así entiendo la sensibilidad de izquierda socialista."

Omar Acha, en "El marxismo de derecha: elementos para su definición y crítica", en Revista Herramienta, n° 37, Herramienta ediciones.