"Me reafirmo en mi propósito de atenerme en lo sucesivo solamente al natural.Sólo la naturaleza tiene una riqueza sin fin, y sólo ella forma al gran artista. Sepuede decir mucho a favor de las reglas, aproximadamente lo que se puede decir enalabanza de la sociedad burguesa. Una persona que se forme con arreglo a ellas,nunca producirá nada malo ni de mal gusto, del mismo modo que uno que se deja modelar por las leyes y el decoro, jamás llegará a ser un vecino insoportable ni unmalvado notable: pero dígase lo que se quiera, todas las reglas destruyen el verdadero sentimiento de la naturaleza y la auténtica expresión. Dirás que esto es demasiado duro: que sólo se trata de limitar, de cortar los sarmientos secos, etc. Amigo mío ¿he de ponerte una comparación? Ocurre como con el amor. Un corazón jovense esclaviza a una muchacha: pasa todas las horas del día con ella y disipa todas susfuerzas y todos sus saberes para expresarle a cada momento que se le entrega por completo. Y si llegara entonces un burgués, un hombre que esté en un cargo público, y le dijera: ¡Estimado joven! ¡Amar es humano, pero hay que amar humanamente!Distribuya sus horas; las unas para el trabajo, y las horas de descanso dedíquelas asu amada.Eche cuentas de su hacienda, y lo que le sobre de lo indispensable, no leprohíbo que lo emplee en algún regalo, pero no con demasiada frecuencia: por ejemplo,el día de su cumpleaños, de su santo, etc. Si obedece a este hombre, habrá unjoven útil, y yo mismo aconsejaría a cualquier príncipe que lo sentara en algúnConsejo; pero se acabó su amor, y, si es artista, se acabó su arte."
Johann W. Goethe, "Los sufrimientos del joven Werther"